Periodismo barato

Periodismo barato desde el punto de vista de los costos, esa parece ser la consigna.
Digo esto a partir de la decisión del periódico Perfil de despedir a 21 trabajadores de prensa, 10 de los cuales son fotógrafos y otros 9 cumplen tareas vinculadas co la imagen, según el comunicado de ARGRA.

Lo verdaderamente vergonzoso es el argumento que esgrime la empresa, siempre según ARGRA: «El sector afectado por estos telegramas, el de  fotografía e imágenes, atraviesa aquí y en el mundo por un proceso de profunda transformación, vinculado en especial con el uso de las nuevas tecnologías y el desarrollo de redes sociales que promueven un uso de imágenes con costos notoriamente inferiores a los actuales.»

Hace tiempo le comenté a mi amigo Quique Quagliano de la decisión que habían tomado algunos diarios (recuerdo el caso de Clarín) de despedir a sus correctores porque podían ser reemplazados por las herramientas de corrección automática de los procesadores de textos. A Quique la idea le quedó, y se dedicó con paciencia a recolectar en los diarios groseros errores que evidencian que los correctores siguen siendo necesarios. Pueden ver ejemplos acá, acá, acá, acá, acá y acá. Seguro que ustedes conocen muchos ejemplos más.

Lo que no se dice es que la lógica que se aplica en estos casos, disfrazada de necesidad de seguir la «evolución tecnológica», es la lógica de la reducción de costos por la vía más fácil. Varios colegas periodistas me contaron que es cada vez más común que cuando van a entrevistar a alguien, sus jefes les pidan que lleven una «camarita digital», así de paso vienen con fotos para la nota…

Se le echa la culpa a internet por la crisis del periodismo. En realidad, como demuestran Fidler en su libro «Mediamorfosis» y Boczkowski en «Digitalizar las noticias», los diarios ya venían perdiendo lectores en Estados Unidos desde los años 80, cuando los jóvenes profesionales y exitosos que se habían mudado a los suburbios reemplazaron el diario matinal por la radio del auto como fuente para informarse. Internet y los avances tecnológicos sólo agravaron la situación. Y en el caso de América Latina, en mi opinión la cosa tiene que ver con el desarrollo de lo que O´Donnell llamó las «democracias delegativas».

Siguiendo la lógica empresaria de abaratar costos, a más de un dueño se le hizo agua la boca al enterarse de los experimentos con los robots periodistas, que no se enferman, no tienen aguinaldo ni antigüedad, y a los que no se les ocurre plantear cosas extrañas como la calidad y la dignidad del oficio.

No tengo dudas: el tiro de gracia del periodismo no lo dará la tecnología, lo darán los dueños de los medios. Que por supuesto se pondrán contentos, y festejarán con el champán más caro. Porque eso sí, en esas cosas no ahorran.

Acerca de Alejandro Tortolini

Docente, investigador, curioso empedernido.
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